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Africa francófonaBasado en un informe a cargo de Awa Ba. Introducción Las mujeres africanas enfrentan desventajas en muchos niveles. Las ideas tradicionales prevalecen en gran medida en la región. A pesar de algunos cambios, las mujeres viven por lo general en sociedades patriarcales, confinadas al espacio privado. El espacio doméstico es considerado como el dominio de las mujeres por excelencia. Así, la escuela si es que existe una escuela no es considerada una prioridad para ellas. Los únicos roles a los que la mujer puede aspirar son los de esposa y madre. A lo sumo, pueden llevar adelante actividades informales, o tareas agrícolas o de pastoreo en las zonas rurales, para contribuir con recursos adicionales a la familia. Los medios en Africa francófona A lo largo de los últimos diez años, el panorama de los medios en Africa francófona ha cambiado con gran rapidez. El pluralismo político y la privatización han sido acompañados por el pluralismo de medios. Los aires de democratización que provinieron de la lejana Europa Oriental después de la caída del Muro de Berlín, (en términos geográficos) y son sin embargo cercanos (en términos comunicacionales) soplaron sobre algunas de las dictaduras más asentadas en la región y al mismo tiempo permitieron un cuestionamiento al monopolio de los medios. Los medios son considerados el principal instrumento de propaganda en manos de los partidos oficialistas, y el pluralismo comunicacional es uno de los caminos para romper con el régimen del sistema político de partido único. La gente tenía grandes expectativas con relación a los medios y del papel que podrían cumplir en la instalación de nuevas democracias. En Mali, Burkina Faso, la Costa de Márfil y Benin, están apareciendo radios y diaros privados, y en Senegal, la diversificación de los medios que comenzó varios años atrás, ha crecido. Una multitud de estaciones radiales privadas, comunitarias y asociadas ha invadido el espacio radioeléctrico. Mali es un ejemplo de ello. Con la excepción de la televisión, que en la mayoría de los casos permanece en manos del poder estatal, la libertad de prensa ha sido proclamada a pesar de la persistencia de unas pocas excepciones que deben señalarse. La multiplicidad de instituciones de prensa han tenido el efecto de aumentar la complementación de los actores en los medios. Las mujeres se han beneficiado de este surgimiento, debido a que su presencia en los medios ha crecido. No obstante, este crecimiento no es proporcionado. Las mujeres en los medios En los trece países de Africa francófona, el número de mujeres en los medios es mucho menor que el de varones en todos ellos (radio, televisión, periódicos). De acuerdo con el estudio Situación del rol de las mujeres en los medios de Africa Occidental, realizado por el Instituto Panos, las mujeres son apenas el 21% de los trabajadores en Mali, 20% en Senegal, 19,6% en Togo, y 11,7% en Burkina Faso. De acuerdo con un informe publicado por la Asociación Mundial de Radiodifursores Comunitarios (AMARC), en abril de 2000, titulado La Plataforma de Beijing y las radios comunitarias de mujeres, de las 64 radios que se escuchan en Mali, 28 son asociadas. 22 son comerciales, 9 comunitarias y 4 religiosas y emplean entre todas 276 mujeres. De ellas, el 98% son locutoras, secretarias o técnicas. De las 64 radio, sólo tres están a cargo de mujeres y hay sólo una directora de programación y 10 administradoras. Senegal tiene casi 15 radios privadas y Sud FM tiene cuatro antenas regionales además de la estación principal en Dakar. La radioemisora pública Radio télévision du Sénégal (RTS) tiene 10 filiales, de las cuales tres están en Dakar. Es de destacar que en Senegal hay cinco estaciones radiales creadas y operadas por mujeres: Afia FM, Altercom FM, FM Santé, Coumba FM y Soxna FM. Las mujeres son el 38% de los trabajadores en las radios de este país. La distribución por género de los distintos cargos muestra que un 29% de los periodistas, un 26% de los técnicos y un 53% de los locutores son mujeres. Pero estas estaciones no desafían la imagen tradicional de las mujeres, y, por lo tanto, refuerzan los estereotipos negativos hacia ellas. Uno de los mayores motivos de orgullo entre las mujeres de Senegal es la reciente promoción de una mujer como directora de la principal radio de la red nacional RTS, donde había ocupado anteriormente el cargo de jefe de editores. La situación es casi idéntica en Burkina Faso: Sólo 25 mujeres contra 133 hombres (15,8%) trabajan en las 16 radios asociativas, comunitarias, rurales y locales. Y sin embargo, el estudio de Panos muestra que la radio es el medio en el cual las mujeres tienen mayor presencia en este país. En Togo, en las 19 radios hay 178 mujeres trabajadoras y 604 hombres. En Níger y en Camerún, la situación no es mejor y las mujeres, por lo general, ocupan posiciones subalternas. En televisión, las mujeres que trabajan en las estaciones públicas y en las escasas estaciones privadas, tienden a realizar tareas donde se espera, de manera implícita o explícita, que utilicen sus encantos para satisfacer a los televidentes. Los canales que emplean mujeres sólo por su belleza física asumen que el tiempo y la práctica harán el resto. Sólo unos pocos casos de mujeres se destacan del resto. Ellas entran al círculo cerrado de los que toman decisiones y, por ejemplo, a los noticieros políticos y económicos tradicionalmente dominados por los hombres. Las mujeres que lideran programas de debate político son escasas. En esta situación resultan doblemente vulnerables para los televidentes que exigen mucho de ellas, y poco simpáticas para sus interlocutores casi todos exclusivamente hombres que en su mayoría las detestan. El más mínimo error o actuación inadecuada, o el más mínimo éxito siempre se relaciona a su condición de mujer. Los comentarios que más se escuchan son los siguientes "es mujer, por eso es incompetente" o "como es mujer, usó de sus encantos para lograr su éxito periodístico". Imagen de la mujer en los medios De acuerdo con el monitoreo de WACC realizado en el 2000, sólo el 18% de los protagonistas de las noticias son mujeres, aunque sean el 41% de las productoras de información en el mundo. Este estudio, que cubrió 70 países, incluyendo 11 africanos, se basó en observar a los diarios y a los medios audiovisuales de estos países en un período específico. En la mayoría de los países africanos de lengua francesa predomina un sistema patriarcal. Los hombres están en la cima de la jerarquía social como cabezas de familia, de la sociedad y de cualquier otra estructura social. Las mujeres tienen su importancia, pero están restringidas al hogar, como esposas y madres. Por lo tanto, en los medios se las refleja en estos roles tradicionales, domésticos. Para mostrar una mujer en acción, nada es mejor que hacerlo mientras cocina, borda o cose. Cuando los medios muestran a una mujer en algún otro tipo de tarea, por lo general se trata de una secretaria, una enfermera, una maestra o una capacitadora en economía familiar. En los teleteatros de la televisión senegalesa, por ejemplo, Satanás se simboliza siempre con una mujer. Del mismo modo, las mujeres son mediadoras en cuestiones de amor, arpías o chismosas. Se ocupan de su apariencia para ganar el favor del esposo o del enamorado. La imagen corriente de una mujer es la de una joven de piel pálida con generosas curvas que constituyen el ideal femenino para los hombres senegaleses. Está siempre maquillada y vestida de punta en blanco y le debe dinero al tendero, al peluquero, a la modista y al vendedor de artículos de tocador. En estos personajes, casi siempre las mujeres utilizan de sus encantos para obtener favores. El principal pasatiempo de estos personajes es hacerle brujerías a sus rivales u obtener pociones mágicas para administrarle al elegido de su corazón. Muchas veces estos pasatiempos se convierten en una tragedia, cuando el hombre en cuestión muere después de ingerir comida o bebidas contaminadas con estas pociones. En los video-clips, las jóvenes se ven hermosas, con cuerpos suaves y piernas largas y pálidas. En los noticieros todavía existen muchos prejuicios, de modo que la exposición e interpretación de los hechos, y las ilustraciones por lo general van en detrimento de las mujeres. En casos delicados como violación, abortos, infanticidios o violencia doméstica o conyugal, el relato pone énfasis en una falta imperdonable de la mujer involucrada. Las víctimas, por lo tanto, son tratadas como culpables. Si violan a una mujer, se debe a que su forma de vestir o sus gestos eran demasiado provocativos. Estos informes aparecen por lo general como "noticias breves". La proliferación de radios privadas y comerciales torna mayor el riesgo de una cobertura sensacionalista de la información. Esto trae, por ejemplo en Senegal, el surgimiento de periódicos que se especializan en noticias breves (que se reducen casi exclusivamente a relatos sobre sexo y mujeres). A esto se agrega, que las empresas de escasa calidad periodística emplean a gente joven sin muchas calificaciones. Las mujeres son algunas de las primeras víctimas de la falta de rigor profesional de estos periodistas. En general, hay pocos programas o temas dedicados a las mujeres en los distintos medios de los países estudiados aquí; aquellos que existen tienden a permanecer dentro de los tópicos tradicionales en los que ellas son buenas amas de casa. Por lo general, son mujeres las que conducen estos programas. ¿Quién mejor que una mujer para convencer a sus pares de que su verdadero lugar es el hogar, para respaldar las virtudes de la poligamia o declarar lo absurdo de los argumentos feministas? Esta también es la trampa en la que caen las así llamadas radios de mujeres a las que hicimos mención en Senegal. No obstante, esto no significa que una participación mayor y mejor de las mujeres en los medios no corrija la difusión de imágenes estereotipadas o negativas que se transmiten de ellas. Gracias a múltiples campañas de sensibilización, se han hecho algunos esfuerzos, aún si los progresos logrados se alternan con retrocesos. Las mujeres no son la primera fuente de información a la que se recurre cuando hay que aclarar una situación, pero ahora ocurre que se les pide que hablen. Son más visibles en los medios de lo que eran 10 años atrás. Un productor de televisión se ve menos inclinado a tener solo hombres en el estudio: seguramente habrá menos mujeres que hombres, pero en la mayoría de los casos se espera que invite al menos a una mujer ¿cómo objeto decorativo? Las mujeres cada vez luchan más por ser escuchadas, se niegan a resignarse y presionan a los hombres. Cada vez más se da el caso de que en un noticiero donde hay al menos una mujer profesional con experiencia, se nota una mayor sensibilidad de género porque ella trata de no perder el dominio de la situación. Los medios electrónicos todavía no figuran en la agenda y están en su etapa inicial. Las transmisiones por Internet son escasas. En la mayoría de los casos, los medios electrónicos son una simple reproducción de los medios impresos o radiales. No obstante, las mujeres de Africa franco parlante están sólo preocupadas por el tratamiento que se les da como objetos (su instrumentación) para difundir imágenes sexualmente estereotipadas o degradantes. En Africa, como en cualquier lugar dentro del contexto de la globalización y de la marea de imágenes que se mueven en toda dirección posible, cada problema tiene repercusiones planetarias. Las mujeres y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación Con relación a las NTIC, las mujeres sufren marginación en el acceso cuando se las compara a los hombres. Además, a los problemas de acceso relacionados a la falta de capacitación, la infraestructura de la comunicación es escasa y cara, y está también la barrera idiomática que implica hablar sólo el francés, sin dominio del inglés. Como han recibido menos educación que los hombres, las mujeres tienen un acceso menor a las NTIC, que son todavía un lujo en muchos países de la región. Las NTIC son utilizadss mayormente en oficinas y son sólo unos pocos hogares privilegiados en los grandes centros urbanos los que tienen acceso a Internet. De acuerdo con el estudio Las mujeres africanas hablan sobre Internet, llevado a cabo por WomenAction y APC-Africa-Women en mayo de 2000, el 75% de las mujeres encuestadas dijo tener problemas con el manejo de las NTIC. Los problemas de las francófonas eran mayores. De acuerdo con las investigadoras que dirigieron el estudio, no se ha establecido una relación entre el idioma de la región y los problemas presentados, a pesar de que todas las que respondieron que el idioma era un obstáculo pertenecían al área francófona. Es interesante notar que todas las mujeres que fueron encuestadas hablaban inglés; esto puede significar que sus respuestas no reflejan la realidad adecuadamente. ¿Cuántas francófonas hablan inglés? El estudio hizo notar que el inglés ha superado al francés en el mundo de la comunicación electrónica que rodea al Beijing+5. El acceso al conocimiento (incluyendo el conocimiento de NTIC) es un problema en Africa desde el punto de partida, porque se desarrolla en un idioma que la mayor parte de los habitantes de la región no hablan. No obstante, se han llevado a cabo diferentes iniciativas desde Beijing para que las mujeres tengan un acceso mejor a las NTIC. Las ONGs de mujeres han ocupado el lugar del estado, en la medida en que los gobiernos se retrasan en esta área de desarrollo. Varios programas para la capacitación, supervisión y facilitación en el uso de las NTIC han sido creados bajo los auspicios de ONGs locales e internacionales. Un ejemplo muy interesante es Comunicaciones para la mujer que fue implementado por el equipo de Acción para el Desarrollo Ambiental en el Tercer Mundo/Sinergia Género y Desarrollo (Enda-Synfev) que pertenece a la ONG Enda-Tiers-Monde. Comenzó en 1995 y trabaja para asegurar el acceso de las mujeres francoparlantes a las NTIC. Famafrique es un sitio para mujeres de Africa de habla francesa, y una de las realizaciones más visibles de este programa. Conclusiones Cinco años y medio después de lanzada la Plataforma de Acción de Beijing, la situación de las mujeres en los medios no ha mejorado demasiado. La región ha sido testigo de muchas iniciativas, y es importante darles crédito. Pero, no ha habido cambios radicales. El cambio más significativo es la existencia de una mayor conciencia sobre el tema debido a la tarea de cabildeo que cumplen las mujeres de Africa francófona. Estos esfuerzos parecen escasos y poco agresivos en comparación a otras partes del mundo, aún Africa angloparlante. Las mujeres africanas de habla francesa parecen tener menos capacidad de organización y sus esfuerzos para el cabildeo no están tan desarrollados con el de sus hermanas de habla inglesa. Además, los movimientos asociados son más fuertes en la región angloparlante, debido a que conocen el inglés y también porque tienen una larga tradición de lucha. La globalización en este contexto constituye una gran desventaja para estos países que se ven desafiados como sociedades periféricas a ser parte de este proceso. El centro, compuesto por las sociedades occidentales (esencialmente Europa Occidental y los Estados Unidos), es el marco para todas las ideas destinadas a gobernar el mundo y para todos los productos de la nueva sociedad de consumo. Este proceso depende de los medios. Son los principales canales por los cuales se difunden estas ideas y estos productos y al mismo tiempo ellos mismos se han constituido en un importante producto.
Las NTIC abolieron las nociones de tiempo y espacio, mientras que la proliferación de las corporaciones transnacionales incluyendo las que trabajan en el sector de la información y de la comunicación imponen el dominio de su lógica comercial. En los medios impresos y electrónicos las imágenes de las mujeres y de los niños se usan sin restricción, y llegan al Africa franco parlante de la manera ya descripta. En otras palabras, sea que en un país se produzcan o no imágenes degradantes de la mujer, sus habitantes deben contentarse con ser consumidores activos o pasivos. Esos mismos multimedios están en todas partes y la globalización les permite a estas corporaciones multinacionales alcanzar los rincones más remotos del planeta, mientras exista allí una infraestructura mínima. Las imágenes que se transmiten causan daño en todas partes, y a las mujeres dondequiera se encuentren. Las acciones independientes de las mujeres en los medios, de los grupos de mujeres y de las estructuras internacionales no son suficientes por sí solas para lograr los objetivos de la Plataforma de Acción de Toronto o de la Plataforma de Acción de Beijing. Los estados tienen una gran responsabilidad en que esto se logre y deben ser los primeros en demostrarlo moviéndose más allá de las palabras y de las declaraciones de buena fe. Deben crear una nueva legislación, y lo que es más importante, asegurarse que será aplicada con vigor. La mayor parte de nuestros gobiernos son rápidos para votar resoluciones y para adherir a normas, en especial las que surgen por recomendación de las organizaciones internacionales, pero lo hacen más para parecer "políticamente correctos" que por el deseo de lograr cambios reales en la situaciones que se señalan. Los países de habla francesa se beneficiarían enormemente si prestaran atención a algunos de los puntos que se señalan en la Sección J de la Plataforma de Acción de Beijing:
Referencias AMARC, Beijing Platform and Community Radio of Women, 2000. Ba, Awa, Les femmes dans les médias : A l'assaut de la citadelle des hommes, 1999. Institut Panos, Situation, place et rôle des femmes dans les médias en Afrique de l'Ouest, 1999. ONU, Plate-forme d'action de Beijing, 1995. Radios Action, Les femmes dans les médias : Un ghetto dans le régiment, no 22, enero-marzo 2000. UNESCO, Plate-forme d'action de Toronto, 1995. WomenAction/APC-Africa-Women, African Women Speak on the Internet, 2000. Sitios Web :
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