Asia y Pacífico
Basado en un informe a cargo de Isis Internacional-Manila.
Introducción
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Filomena Barros Reis, coordinadora del comité de educación
de FOKUPERS (Foro de Mujeres de Timor Oriental), durante la sesión
de capacitación en radiodifusión organizada por Isis
Internacional - Manila en abril de 2000, en Bangkok. En su programación,
FOKUPERS discute temas como violencia contra la mujer y las ideas
del movimiento de mujeres respeto a la transición política
en su país.
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Desde que la Plataforma para la Acción fue adoptada en Beijing,
en 1995, se han producido muchos cambios en esta región del mundo.
Uno de los principales es el crecimiento de las tecnologías de
la información y de la comunicación. Sean ricos o pobres,
con regímenes autoritarios o democráticos, los países
de la región tienen más acceso a la información ahora
que en el pasado. Todos, con la excepción de Burma, tienen
acceso a Internet y a la Web. Han habido cambios en la propiedad, en el
control, en los contenidos y en el carácter de los medios de comunicación
en la región Todavía no está claro que significan
estos cambios para las mil setecientos millones de mujeres que habitan
esta parte del mundo. ¿Permitirán o impedirán el nacimiento
de relaciones de género más justas y equitativas?
Estos desarrollos han tenido lugar en un marco de constantes retrocesos
en la economía y en la política regionales. Los medios de
comunicación se han visto afectados de varias maneras por estos
cambios vacilantes e interrelacionados. La crisis asiática, por
ejemplo, precipitó la caída de algunos gobiernos y liberó
a la prensa de Tailandia e Indonesia. En Malasia,
la campaña de "Reformasi", que nació de las protestas contra
el arresto y encarcelamiento del ex vice Primer Ministro Anwar Ibrahim,
impulsó un crecimiento vibrante de los sitios web y de periódicos
y publicaciones que circulan por Internet. Esto ha dado lugar por primera
vez en Malasia a la posibilidad de una prensa más libre e independiente.
La representación y visibilidad de las mujeres en los
medios: algunas cuestiones viejas, algunas novedades
En 1999, los medios en Fiji hablaron de un aumento en los
costos de la gasolina y sobre como los hombres se veían afectados.
No se transmitieron imágenes ni opiniones de las mujeres, que al
igual que los hombres, manejan autos y en el caso de las que viven en
áreas rurales, descansan en el petróleo y sus derivados
para realizar varias de las tareas del hogar.
En Japón, la cobertura del terremoto del Hanshin
en 1995 contó con reporteros, comentaristas y expertos varones
analizando la situación. Las mujeres fueron mostradas o bien amparadas
en sus refugios cocinando o llorando. En verdad, muchas trabajaron
en los esfuerzos de ayuda y rehabilitación.
En Sri-Lanka, los hombres como formadores de opinión,
políticos y burócratas se han convertido en las estrellas
de los "talk-shows"; las mujeres sólo son invitadas cuando los
temas a ser tratados son considerados "poco relevantes", como la salud
y la educación.
En Camboya, las mujeres aparecen en los noticieros y en
los programas de actualidad, pero la mayor parte de las veces lo hacen
por motivos estéticos. Un proyecto de monitoreo de la televisión,
el primero de su tipo que realizó en ese país el Centro
de Mujeres Comunicadoras (WMC), entre enero y diciembre de 1997, observó
que "las mujeres aparecían siempre entregándole flores a
los dignatarios".
El silenciamiento de las mujeres en los medios,
de acuerdo con un periodista de Bangladesh, también puede encontrar
sus orígenes en "el tabú social entre los asiáticos
de que no es apropiado depender de la opinión o de la información
que dan las mujeres".
La periodista filipina Paulina Sicam, jefa de editores del
periódico en inglés Cyberdyaryo, que se publica en
línea, señala que considerar a las mujeres como fuentes
de información o como formadoras de opinión no surge "de
modo natural", aún entre las periodistas mujeres. Aún cuando
cubren temas políticos, la mayoría de los editores y de
los reporteros tienden a buscar el ángulo más suave de la
información cuando piden la opinión de las mujeres. "No
se considera a las mujeres como capaces de dar una opinión autorizada".
En la región, hay dos países donde se excede el promedio
mundial del 20% de información política. Ellos son Corea
del Sur (29%) y Nepal (41%). Estos dos, junto con Indonesia,
tienen el porcentaje más bajo de presencia de mujeres como protagonistas
de la información en la región, cifra que llega al 9%. Así,
las mujeres en posiciones de poder o que aspiran a cargos en el poder
de los sectores público y privado, rara vez se ven reflejadas en
los medios. El monitoreo hizo notar que las mujeres políticas sólo
son visibles en India y en Sri Lanka, donde constituyen
el 13% de todos los protagonistas de las noticias del día. En muchos
países las mujeres políticas son una minoría. Por
ejemplo constituyen sólo el 26% de las mujeres parlamentarias en
Vietnam y el 12% en las Filipinas.
En Sri-Lanka, las mujeres políticas también
reciben un trato más duro por parte de los medios que sus pares
varones, en especial aquellas que entran a la política desde las
bases. Se las escudriña para buscar algún chisme jugoso
y su "buena reputación" y una "vida familiar estable" son requisitos
para ser electas. Pero esto no ocurre si pertenecen a familias de clase
alta como los Nehrus, los Gandhis, o los Bandaranikes.
Las mujeres empresarias y en el campo judicial sólo son
visibles en las Filipinas, aún cuando datos de Naciones
Unidas indican que en el sudeste asiático las mujeres "ejercen
un grado razonable de responsabilidades profesionales en las empresas
y 24% de ellas ocupan cargos gerenciales". Sin embargo, las mujeres como
conductoras de programas de entretenimiento figuran con una cifra alta
en el monitoreo que se realizó en Asia 13% en Pakistán,
11% en India y Japón, comparado con un promedio mundial
del 7%.
La imagen negativa de las mujeres, en especial en el tratamiento
de temas sobre sexo y violencia ha cambiado muy poco, y en algunos casos,
han crecido de manera preocupante. En Fiji, se han notado algunas
"infracciones serias" con respecto a la identificación y publicación
de fotografías de víctimas de la violencia sexual.
Si no son víctimas de algún crimen,
se las hace aparecer como infelices víctimas de calamidades, en
especial en televisión donde las mujeres llorosas son sistemáticamente
puestas en cámara para visualizar el sufrimiento.
En Malasia, a pesar de la protesta pública contra
ciertas publicidades y programas que degradan a las mujeres, crece el
uso de las mujeres para ilustrar mensajes sexuados y sexistas con el fin
de lograr enormes ganancias. La televisión de Camboya no
informa sobre casos de violencia doméstica, aunque existe suficiente
investigación realizada en el país que comprueba que se
trata de un problema importante. Indonesia niega la existencia
de violencia contra la mujer, en particular la violencia doméstica,
pero las ONGs han utilizado la información que dan los medios y
los relatos directos de las mujeres víctimas para hacer una estadística
de los incidentes. La mayoría de las mujeres identificadas son
trabajadoras y trabajadoras inmigrantes.
No obstante, han ocurrido cosas positivas. En Camboya, un
monitoreo de programación radial que llevó dos años
de duración indica que poco a poco se están tratando
cuestiones de género. Se notó un 3% de incremento de presencia
de mujeres en las noticias, de 5% en 1998 a 8% en 1999. Las mujeres escucharon
el 56% de toda la información monitoreada. En Fiji y en
Camboya ha habido un aumento de la cobertura de temas de violencia
contra la mujer, en gran medida debido a los esfuerzos de cabildeo del
movimiento de mujeres en estos países.
Las mujeres que trabajan en los medios: una opción
complicada
Mientras que cada país tiene su propio conjunto
de experiencias, las mujeres periodistas tienen quejas en común
que transitan alrededor de la falta de igualdad de oportunidades en cuestiones
de capacitación y promoción, el cuidado de los hijos y las
obligaciones familiares, el acoso sexual dentro y fuera del lugar de trabajo
y la invisibilidad en las salas de redacción y de noticias de los
medios.
En los informes por países que se presentaron
ante la Federación Internacional de Mujeres en los Medios (IMWF)
en 1998, 60% de las mujeres periodistas de las islas del Pacífico
de Fiji, Samoa y Vanuatu, declararon que los hombres con experiencia
y conocimientos similares a los propios "reciben más oportunidades
en términos de salarios, promociones y capacitación". Las
largas jornadas y el conflicto entre la profesión y la familia
han sido suficientes para desalentar a las mujeres que desean entrar a
la profesión o permanecer para librar una larga lucha. Las mujeres
eran sólo el 31% de la fuerza laboral en los medios en el 2000,
de acuerdo con el último informe mundial ya citado.
En Corea del Sur, el porcentaje de mujeres
en los medios, de acuerdo con un informe nacional, bajó entre 1990
y 1995 debido a los bajos salarios. Las publicaciones de menor costo empleaban
más mujeres, pero el pago era menor que en los diarios de mayor
circulación, que favorecían a los hombres. En Malasia
cerca del 80% de los reporteros son mujeres, porque según una periodista,
los hombres dejan los puestos debido a los bajos salarios. La crisis asiática
de fines de los 90 cobró su precio entre las mujeres periodistas
en algunos países las primeras en ser despedidas fueron
las mujeres solteras, seguidas por las casadas.
Un puñado de mujeres ha
llegado a puestos gerenciales en India, Indonesia,
Malasia y las Filipinas. Pero el número exiguo no refleja
necesariamente la realidad en la región.
En Malasia, Laos, Vietnam, Camboya, China y Asia
Central, las mujeres periodistas que trabajan bajo muchas presiones
han formado grupos profesionales para discutir temas relacionados con
los medios y encontrar programas para mejorar su cobertura, en especial
si se refieren a temas de género. Estos grupos incluyen a la Asociación
de Mujeres Periodistas de Toda China y al Club de Mujeres Periodistas
de Corea del Sur.
La libertad de expresión, la propiedad de
los medios y la revolución informativa
La revolución de la información exacerbó
los problemas, pero también ofreció muchas oportunidades
de progreso. La tendencia generalizada es agregar más canales comerciales
para competir con los medios satelitales.
En la actualidad se observan las siguientes tendencias
en el sudeste asiático: control estatal directo (Birmania, Vietnam.
Laos y fuera de esta península, China); entrega de licencias a
los medios privados (Singapur, Malasia, y hasta hace poco, Indonesia,
donde la radio y la televisión están en gran parte controladas
por el estado), y libertad de prensa para todos (Tailandia y Filipinas).
En China, el control del Partido Comunista
sobre la prensa se ha debilitado. En una China cada vez más competitiva
y comercial, los medios a cargo del partido tienen que luchar por sobrevivir.
De modo que se reforman o mueren.
La tecnología, de muchas maneras, ha impulsado
la libertad de los medios de comunicación en aquellos países
donde las autoridades tenían un control fuerte sobre el disenso.
En Indonesia, los periodistas y los disidentes utilizaron Internet
para hacer llegar información sin censuras a los estudiantes y
a la clase media cansados de la corrupción y del abuso del poder.
En Malasia, donde los medios masivos están en manos del
Estado y donde leyes restrictivas limitan la libertad de prensa y hacen
que la autocensura sea como una segunda naturaleza para los periodistas,
las voces que parecían ahogadas encontraron como expresarse en
la Web.
Las mujeres y el uso de las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación
Los movimientos de mujeres de la región han
descubierto el poder liberador de Internet. "El movimiento de mujeres
en la región utiliza los medios electrónicos cada vez más
para defender sus derechos y construir lazos solidarios", de acuerdo con
un informe sobre los usos que hacen las mujeres de las NTIC que llevó
adelante Isis Internacional-Manila en el 2000.
En China, el porcentaje de mujeres que utiliza
esta tecnología aumentó de 12,3% a 30,4% en tres años
(desde 1997 a 2000); las mujeres también establecieron sus propios
portales y sitios web, de acuerdo con la Centro de Informaciones de Redes
en Internet en China.
Los servicios y el uso de Internet han crecido de
modo significativo desde que esta tecnología fue introducida en
la región en los 90. Japón, Corea del Sur, Filipinas
e Indonesia lideran el campo de Internet en la región de Asia
y el Pacífico.
Las mujeres de Corea del Sur están haciendo
sentir su presencia en este mundo dominado tradicionalmente por los negocios,
en especial en al área de las NTIC. Este cambio ha sido importante
para alentar a las amas de casa surcorenas a buscar empleo fuera del hogar.
En el pasado, las tradiciones conservadoras consideraban que las mujeres
trabajadoras no serían afortunadas, pero en la actualidad, la mayoría
considera que es natural que las mujeres tengan una profesión.
A pesar de que no existen datos estadísticos
disponibles para mostrar el porcentaje exacto de organizaciones de mujeres
que acceden a las NTIC, se han informado sobre algunos progresos. Muchas
ONGs de mujeres que trabajan en línea dicen que "se han beneficiado
al ganar más visibilidad por medio de los sitios web, pudiendo
acceder mejor a la ayuda de los donantes y a la información de
las actividades internacionales y regionales relacionadas con el movimiento
de mujeres en especial". Esta aseveración aparece en un estudio
regional reciente sobre el uso de NTIC por parte de los grupos de mujeres.
Las NTIC también han permitido que aúnen
esfuerzos diversos grupos de mujeres con intereses y agendas similares
en los países y en el extranjero. Grupos de mujeres en India
y Nepal han exigido a sus gobiernos que actúen contra el tráfico
de mujeres y de niñas. Los grupos de trabajadoras migrantes en
el sur y el sudeste asiáticos han desarrollado redes y coaliciones
para salvaguardar los derechos laborales de las trabajadoras migrantes
que son muy vulnerables y están sujetas a la explotación
en aquellos países que importan mano de obra.
No obstante, hay preocupaciones relacionadas con el
control, la propiedad y el acceso a las NTIC. Existe el temor que los
que están del otro lado de la brecha tecnológica, sin acceso
a las NTIC, permanezcan más marginados que nunca.
El estudio sobre NTIC realizado por Isis muestra que
entre las organizaciones de mujeres, "los grupos urbanos con mejor educación
y organizados (que manejan el idioma inglés) tienen mayor visibilidad
y muchas veces toman la iniciativa de movilizar a las mujeres de base
a través de sus organizaciones". Subraya la necesidad de mejorar
el uso de NTIC por parte de las ONGs que ya gozan del mismo, y, para aquellas
que no lo tienen, considera que se debería transmitir esta información
utilizando otros formatos, de modo que se hace imperativo el uso de una
convergencia de distintos canales de comunicación, tales como la
radio y la prensa escrita.
La fobia a la tecnología y las barreras idiomáticas
son razones para el bajo uso de Internet. "No utilizaré Internet
porque no puedo hablar inglés", es una de las ideas que prima entre
las mujeres en Indonesia. En las Islas del Pacífico,
Internet y su tecnología intimidan a muchas mujeres que encuentran
que se trata de un área que es mejor dejar a los hombres. Muchas
niñas y mujeres jóvenes no se ven alentadas a tomar las
materias de ciencia en la escuela o sienten que se trata de un área
del conocimiento en la cual no se van a destacar.
La situación de las mujeres y los medios
en Asia, un informe de setiembre de 1999 que preparó la Comisión
Económica y Social para Asia y Pacífico de las Naciones
Unidas señala que las mujeres en la región están
por lo general subrepresentadas en los aspectos técnicos del sector
de las NTIC: En la enseñanza de ciencia y tecnología continúa
habiendo prejuicios contra las niñas y las mujeres; estas en su
mayoría están concentradas en trabajos de oficina o en líneas
de producción, con sólo unas pocas que trabajan en sistemas
de computación y en la administración y el desarrollo técnico.
Las mujeres en zonas rurales tienen más problemas
para acceder a los canales de comunicación, los medios y los conocimientos
para hacer uso de los mismos. "Si se las quiere alcanzar con los beneficios
de las nuevas tecnologías, es esencial no sólo aumentar
la cantidad y el acceso a la infraestructura sino también proveerles
de organizaciones intermedias que puedan capacitarlas para su uso", dice
Silvia Balit, una consultora independiente en comunicaciones.
Acceso a la capacitación: competencia y
competitividad
Los medios necesitan ser competentes para poder competir,
y la revolución de la información no ha sido acompañada
con crecimiento profesional. Ha habido falta de libertad y de capacidad
para el tipo de reportaje sofisticado que se necesita en esta era más
compleja. También ocurre que muchos periodistas no tienen la capacitación
necesaria como para abordar los temas y procesos complejos, aunque tengan
la libertad como para hacerlo. La capacitación y la educación
continua de los que trabajan en los medios tienen que estar acompañadas
por la tarea de mentores, tal como concuerdan muchos periodistas. Estudios
e informes realizados anteriormente por IWMF, encontraron que no es común
encontrar consejeros en este ámbito en la región.
En los últimos tiempos han surgido grupos de
profesionales de los medios regionales, como la Alianza Periodística
de l Sudeste Asiático (SEAPA) que prioriza el crecimiento profesional
junto a la lucha por la libertad de prensa y el acceso a la información.
Sus miembros recurren a los expertos dentro de la región para referirse
a los problemas y a las brechas existentes en los medios. Inter Press
Service (IPS), la agencia de noticias del Tercer Mundo, señala
que para informar con perspectiva de género, la capacitación
es clave para lograr los cambios necesarios. Aumenta las habilidades tanto
de los reporteros como de los editores y provee de oportunidades a los
periodistas dentro de la agencia para reconsiderar los valores que guían
el trabajo editorial de IPS.
Códigos de conducta en los medios: una manera
de mejorar la calidad
Los participantes en un seminario regional sobre códigos
de conducta en los medios, realizado en el 2001, acordaron que estos códigos
son necesarios, pero también que es imposible pensar en producir
un código de ética y conducta regional. Señalaron
como impedimento la diversidad de culturas sociales, económicas
y políticas en la región, los distintos modelos de propiedad
de los medios y el papel y la responsabilidad de los mismos, entre otros
motivos. Estuvieron de acuerdo en que al auto-monitoreo es un sistema
deseable para la regulación. Se expresó el temor de que
si se involucra al Estado en la regulación, esto afecte la libertad
de prensa. Estos temores no son infundados, si se consideran las leyes
restrictivas en esta materia que existen en los países de la región.
Por ejemplo, en Malasia existe la temida Ley
de Seguridad Interna (ISA) que permite el arresto y encarcelamiento sin
garantías de cualquier persona que sea considerada enemiga del
Estado. En Kazakhstian, recientemente se aprobó una ley
sobre Tarifas en Centros de Telecomunicaciones, que permite que todos
los correos electrónicos y los materiales de Internet sean interceptados
por la censura para impedir información " no deseada".
En Birmania, la Ley sobre Computación
prohibe que los habitantes puedan poseer computadoras, modems, máquinas
de fax o fotocopiadoras sin aprobación del gobierno. Hasta el día
de hoy, ningún país en la región de Asia-Pacífico
tiene un código de conducta y de ética que se refiera específicamente
a la producción de información equitativa en materia de
género.
En su ausencia, los miembros de los medios que provienen
de los distintos países pueden ser convencidos de la necesidad
de que existan principios y términos en común de acuerdo
con los que ya tienen amplia aceptación en la conversación
que se desarrolla sobre el tema mundialmente. Se necesitan códigos
y consejos de prensa, no porque otras personas los quieran, sino porque
la comunidad periodística siempre desea mejorar, y establecer lineamientos
para hacerlo es parte de este proceso.
Los profesionales de los medios tienden a ser más
receptivos de un comentario crítico si éste se hace en base
a criterios profesionales y no a argumentaciones sobre la discriminación
de la mujer o los derechos de la mujer. La referencia a conceptos que
se utilizan normalmente para evaluar la actuación profesional en
los medios por ejemplo, balance, objetividad, diversidad, creatividad,
calidad tendrán eco, y tendrán significado para los
periodistas y productores, la mayoría de los cuales desea hacer
un buen trabajo.
La periodista filipina Sheila Coronel señala
que el público necesita ver que muchas veces la explosión
informativa que existe hoy en día les da "la ilusión de
que el conocimiento llega simplemente por la multiplicidad y sofisticación
de los medios disponibles". No obstante, continúa, "aun mientras
nos inunda esta conversación de gigabytes de información
que da vuelta al mundo en centésimas de segundo, no prestamos atención
a la calidad de esta información. ¿Es relevante? ¿Es
necesaria? ¿Permite que el mundo sea un lugar mejor donde vivir?
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